Somos lo que comemos

Todo lo que hacemos en la vida tiene una consecuencia. El resultado de nuestras acciones algunas veces nos traen cosas positivas y otras veces cosas negativas.

En los hábitos alimenticios pasa exactamente lo mismo porque nuestro cuerpo y por consiguiente nuestra salud, es el resultado de lo que comemos.

Las enfermedades o algunos padecimientos no vienen por si solos, cada uno de nuestros hábitos al comer tiene mucho que ver con la eliminación de esa enfermedad o con el incremento de la misma. Una alimentación saludable y balanceada donde la mayoría de nuestros alimentos son naturales y frescos nos dejará mejores resultados que una alimentación basada en comida chatarra.

Hay persona que tiene un metabolismo muy acelerado que no les deja subir de peso y aprovechan esa condición para comer todo los que se les antoja sin poner atención que lo que comen no es precisamente lo que nutre su cuerpo, sino lo que satisface su antojo. Lamentablemente no significa que están saludables, aunque esas personas no tengan sobrepeso.

Nuestra responsabilidad es balancear nuestra alimentación y no abusar de las papas fritas y botanas, el pan dulce, las bebidas azucaradas, los embutidos, los postres y el alcohol, porque con el paso del tiempo el cuerpo no cobrara el exceso, ya que estamos dejando que nos gane el apetito desmedido y la ansiedad, en lugar de planificar nuestro consumo de alimentos y bebidas.

Nunca es tarde para mejorar los hábitos saludables.

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