Dale ‘next’ a la manipulación
![](https://static.wixstatic.com/media/7f8874_75a20f407e224a9b812bb3106499a148~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_530,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/7f8874_75a20f407e224a9b812bb3106499a148~mv2.jpg)
Podemos pedir o hacer que las cosas sucedan de varias maneras:
• Pidiendo
• Exigiendo
• Suplicando
• Manipulando
Digamos que todos hemos utilizado los recursos anteriormente descritos, incluyendo el último, pero no todos aceptamos que somos capaces de manipular.
La manipulación mental está asociada a la toma de control del comportamiento de un individuo o de un grupo mediante técnicas de persuasión o de la presión psicológica. El manipulador intenta eliminar el juicio crítico de la persona, distorsionando su capacidad reflexiva. En palabras simples, influye sobre las acciones, pensamientos y emociones de una persona o un grupo.
Se practica en la familia, a todos niveles, en el trabajo y en ciertos anuncios publicitarios que logran embaucarnos y convencernos de que cierto producto logra hacer maravillas, cuando en realidad no es así.
Hay cuatro tipos de manipulación:
1. Amenaza. Si no me ayudas a limpiar la casa, ¡olvídate de tu celular por un mes!
2. El castigo a sí mismo. Si me dejas, serás responsable de lo que me suceda. ¡Y guárdate esas lágrimas para cuando me estés enterrando! Recordé a una persona que llamó a mi programa de radio diciendo que llevaba dos intentos de suicidio, porque quería regresar con su esposa y ella no quería. Y cuando le pregunté el por qué quería poner fin a su vida. Me contestó que era para que sintiera remordimiento toda su vida por haberlo menospreciado. O sea, el manipulado se convirtió en manipulador.
3. Queja. Es su instrumento para hacer sentir mal a sus víctimas. Sí, vete con tus amigos. Yo aquí me quedo sola como un perro... ¿Pero qué más se puede esperar de ti? Sólo lo que siempre me has dado, sufrimiento. (¿Así o más lacrimógena la situación?) Nadie me quiere, nadie me hace caso, todos se aprovechan de que soy muy noble. Todas estas enfermedades son por lo mal que me haces sentir.
4. Tortura. Con ésta, la gente utiliza recursos que buscan hacernos sentir culpables a través de técnicas que van desde el látigo de la indiferencia, no te hablan o te ignoran, hasta la venganza directa con palabras o golpes que pueden dañar fuertemente la autoestima.
Entrevisté en mi programa de radio a Mónica Venegas, autora del libro ‘Dale Next’, que ayuda a despojarnos de los supuestos y los hábitos negativos que usamos a diario para sobrevivir, pero que nos mantienen atados a situaciones no deseadas. Ella dijo unas palabras sumamente fuertes en relación al tema: Si alguna vez te has sentido manipulado o si eres manipulable, es porque tú también eres manipulador. ¿Sabes cuándo dejas de permitir que otros te manipulen? Cuando tú dejas de manipular. Cuando dejas de manipular, tu conciencia ya no permite que otros lo hagan contigo porque sabes perfectamente lo que están haciendo. Fuerte pero real. ¿no?
Los tres principales manipuladores de la vida: La familia, la sociedad y tu conciencia. Y esta última es la peor, cuando tú solito decides escuchar la voz de la culpa y cedes a las peticiones de los demás dañando tu autoestima por ir en contra de tus valores y tus principios a cambio de una realidad que es muy frágil y emocionalmente cara de mantener. Me refiero a que muchas veces esas mismas personas a quienes ayudamos nos niegan un favor que les pedimos. Y cuando les recordamos: Oye, acuérdate que yo te ayudé aquella vez; ellos responden: Sí, me ayudaste pero porque quisiste, nadie te puso una pistola en la cabeza.
El manipulador busca algo de ti e intentará a toda costa conseguirlo a través de cualquiera de las cuatro estrategias. Es natural que todos necesitemos de todos pero a veces no queremos acceder a determinada petición porque no podemos, no queremos o nos sentimos utilizados.
Seamos sinceros, no todos podemos poner límites a determinadas personas porque existe cierto nexo emocional o por determinados favores que hemos recibido. Mónica Venegas me compartió una estrategia sumamente original para poner un límite a tiempo y la pongo a tu consideración: Si te cuesta poner límites a alguien que te pide, pide tú también. ¿Qué pides? Lo mismo que te están pidiendo. Por ejemplo, así podría lucir una historia poniendo límites:
-¿Me prestas dinero? – y tú la verdad no quieres o no puedes.
-Respondes con un simple, no puedo.
-Qué malo eres, yo siempre te ayudo a ti.
-De verdad hoy no puedo, si tuviera te prestaría. Sabes que si pudiera lo haría y te voy a pedir que no bases tu opinión de mí por mis posibilidades económicas.
-Si quisieras lo harías, ¡la verdad nunca lo pensé de ti!
-… esta lucha podría continuar indefinidamente y terminar mal la relación. ¿se te hace conocido el diálogo?
En cambio, éste es el ejemplo con la técnica de Pedir:
-¿Me prestas dinero?
-No tengo ahorita.
-Qué mala onda eres, yo siempre te ayudo a ti.
-¡Justo yo te iba a pedir a ti 10 mil pesos! Ando muy mal económicamente y tengo que pagar una deuda y en verdad ¡necesito el dinero! Por favor préstamelos, ándale ¡los necesito! (¿Qué crees que te va a decir la persona que te está pidiendo el dinero?)
-No pues yo menos tengo, ¡por eso te estoy pidiendo a ti!
-¡Uh, pues ya somos dos! Bueno déjame ver quién me los puede prestar. Y se acabó.
Esta técnica es muy efectiva, pero te la tienes que creer para poder convencer al otro que es real lo que le estás diciendo. Con esta técnica la persona manipuladora dejará de hacerlo de inmediato y, además, lo pensará dos veces antes de volverte a pedir algo. Otro ejemplo para usar con una persona que sabes de antemano intentará manipularte:
-Oye, ¿me cuidas a mis hijos?
-¡Justamente te iba a pedir si me cuidabas a los míos!
O bien:
-¿Me puedes ayudar con lo que me encargó el jefe?
-No puede ser, justo yo te iba a pedir si me ayudabas con un trabajo extra que me dejó mi supervisor.
Con estas respuestas tomas por sorpresa al manipulador, lo desarmas y evitas la manipulación incluso antes de que ésta se dé.
Y, por último, si alguien te dice la siguiente frase maestra:
-Qué egoísta eres,
-Responde esto: ¿Y cómo le llamas al hecho de que tú quieres que yo haga las cosas a tu manera? (Obviamente también es egoísmo).
En conclusión, si te presionan para que hagas algo que no quieres, no pongas límites… en lugar de ello, sólo PIDE lo mismo que te están pidiendo y ¡Dale Next!
Dice el dicho: “Pide y se te dará”… y Mónica dice “pide… y los manipuladores ¡huirán!” Y eso es precisamente lo que quieres con los manipuladores, que se alejen.
Nunca dejarán de existir, pero estoy seguro que lo que acabo de compartir será para detectarlos y ¿por qué no? evitarlos.
¡Ánimo! Hasta la próxima.