Fugas de energía
“César, sería muy conveniente que te checaras tus hormonas, electrolitos, te hicieras una biometría hemática, química sanguínea y, de pasada, verifica si estás comiendo alimentos que te ayuden a tener y a conservar la energía necesaria por el ritmo de vida que llevas. Tanto viaje desgasta y puede ser que te falte energía y tu cuerpo se esté desgastando y utilizando solamente las reservas”.
Esto fue lo que me dijo una doctora que tiene años trabajando con personas que ella nombra “desgastadas”. Son quienes trabajan tanto que olvidan vitaminarse y llenarse de electrolitos y compuestos necesarios que les ayuden tener más vitalidad.
No niego que el cuerpo requiere de vitaminas y minerales adicionales a las que se supone deberíamos de consumir diariamente con una buena alimentación. Pero tú y yo sabemos que no siempre comemos lo que debemos y a las horas que lo necesitamos. Que llevamos un ritmo de vida sumamente acelerado en el que 24 horas del día son prácticamente insuficientes.
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Me atrevo a asegurar que más de las tres cuartas partes de la población en México está deshidratada; no toma la cantidad de agua necesaria para que se realicen las funciones del cuerpo lo mejor posible y, si entramos en materia de nutrición adecuada, el panorama es igual de triste y desolador: Madres de familia que calman el hambre de sus hijos con alimento chatarra. Frecuentemente veo a los albañiles de las construcciones aledañas a mi casa, ir a las tiendas cercanas por los tradicionales refrescos saturados de azúcar que diariamente consumen con lo que llevan de comida. Escuchamos frecuentemente frases como “no me gustan las verduras ni las frutas, me encanta la comida salada o la carne con grasita”.
Aunado a esto, la gran cantidad de conservadores que comemos con los alimentos en caja o en lata, que obviamente no se conservarían tanto tiempo si no fuera por todo lo que se les agrega y, por supuesto, no es nada natural.
La ausencia de nutrientes produce baja energía. Nuestro rendimiento está a la mitad o a menos de la mitad y no todos tomamos las medidas necesarias para modificar hábitos.
El desgaste al cuerpo que produce dormir poco tiempo es enorme y muchas veces mortal, ya que los reflejos y la tolerancia se ven afectados.
Independientemente de todo lo tristemente descrito, existen otras razones que estoy convencido provocan una pérdida gradual de energía:
1. Pensamientos desgastantes. Todas esas ideas que no tienen fundamento o que engrandecemos sin ton ni son. Preocupaciones constantes sobre situaciones en las que no tenemos ningún tipo de control, tanto por el pasado como por el futuro, lo cual irremediablemente causa estrés. Por cierto, me encantó la definición de estrés que me compartieron hace unos días: Estrés es una evasión del aquí y del ahora. Deseas estar en otro lugar cuando estás aquí en este momento.
Enorme desgaste produce recordar una y otra vez todos los agravios, ofensas inmerecidas y personas que no tuvieron la mínima consideración en su trato contigo. Y desafortunadamente no solucionan los problemas y sí provocan desestabilidad física y emocional. Ni la gente ni la vida es justa y es mejor aceptarlo para evitar más sufrimiento. Te recuerdo, los pensamientos siempre provocan sentimientos y nuestro gran reto es saber controlar el libre tránsito de pensamientos desgastantes e incapacitantes.
2. Poca organización. Esa pésima costumbre de no poner orden en nuestra vida. Vivimos haciendo, creando, moviendo, quitando pero no siempre con el orden y la organización que cada cosa o situación requiere. Si te pusieras a analizar todo lo que normalmente haces en un día, te darás cuenta que muchas de esas actividades hubieran consumido menos tiempo y desgaste si las hubieras organizado adecuadamente. Nos olvidamos de cosas simples como el lugar donde dejamos las llaves, el celular, la agenda; olvidamos organizar los medicamentos para cualquier contingencia, rara vez nos preocupamos por mantener la ropa en orden para evitar demoras cada mañana. Vamos al centro comercial sin una lista de lo que necesitamos y confiamos en que la mente no nos traicionará y olvidamos algunos de los artículos que necesitábamos. Todo lo anterior representa pérdida de energía que vamos acumulando a lo largo del día y a través de los años, y su significado será siempre el mismo: menor calidad y menor tiempo de vida.
3. Gente. Las broncas más grandes y desgastantes a las que nos enfrentamos a nivel personal y laboral son las personas que no comulgan con nuestras ideas, costumbres y valores. Desafortunadamente siempre estarán presentes a lo largo de nuestra vida y no podemos evitarlas. Existirá en algunos casos la posibilidad o la necesidad de prescindir de quienes nos desgastan tanto. Sin embargo no siempre es así, y la alternativa es controlar nuestras reacciones.
Quiero terminar con una de mis frases matonas que más me agradan: “Desear el mal a alguien es la máxima fuga de energía, prosperidad y tranquilidad. No te enganches con quien no debes. Deja que fluyan quienes no valen la pena”.
¡Ánimo! Hasta la próxima