Día Nacional del Donante
Comparte amor, comparte vida
El día de San Valentín, la festividad que celebra el amor tiene una doble designación hoy en día. Desde 1998, el 14 de febrero ha sido también el Día Nacional del Donante, como un recordatorio de la importancia de discutir las posibilidades de salvar vidas con la donación de órganos y tejidos.
“El Día Nacional del Donante es un buen momento para tener una conversación con la familia sobre que le gustaría ser un donante de órganos; yo animo a todos a hablar de ello”, dice el Dr. Mikel Prieto, Director Quirúrgico de los programas de trasplante de riñón y páncreas de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.
Registrarse para convertirse en donante es como enviar un “Valentín” a más de 100 personas. De acuerdo con la Fundación Americana de Trasplantes, un donante fallecido puede salvar hasta ocho vidas a través de la donación de órganos y mejorar más de 100 vidas a través de la donación de tejidos.
“Si también donan tejidos como ojos y huesos, entonces se puede propagar a muchas personas”, informa Prieto.
Y, sin embargo, 22 personas mueren cada día, 8,000 cada año, esperando un órgano. El problema número uno es que hay muy pocos donantes.
En todo el país, hay 114,000 candidatos a trasplantes, incluyendo niños, en la lista de espera nacional. Según la información de la Red de Obtención y Trasplante de Órganos (OPTN), casi un cuarto (21.5%) son hispanos. El riñón es el órgano que más necesitan los hispanos, seguido del hígado. A partir del 10 de febrero, había 20,977 pacientes hispanos en la lista de espera para un riñón y 2,529 esperando un hígado. El año pasado, 5,990 pacientes hispanos recibieron un órgano trasplantado.
Él dice que se necesitan más donaciones hispanas de órganos porque “es más probable que un receptor de trasplante encuentre una compatibilidad entre los donantes del mismo grupo étnico”.
“Buscamos un emparejamiento basado en HLA (antígeno leucocitario humano). El tipo de sangre del donante y el receptor tiene que ser compatible”.
La educación es clave para aumentar la oferta de donantes, tanto vivos como muertos, indica Prieto. Tomemos, por ejemplo, la creencia errónea de que los donantes vivos de riñón sufrirán una mala salud para siempre. Las “consecuencias de donar un riñón son mínimas en términos de efectos para la salud”.
“Los donantes de riñón pueden sentirse muy cómodos de poder donar un riñón ... y volver a llevar una vida normal”.
El año pasado, los donantes vivos representaron el 19% de las donaciones de órganos.
También hay mitos sobre la impresión de “donante de órganos” en la licencia de conducir o en la tarjeta de identificación estatal. El establecimiento médico no tomará los órganos de un donante prematuramente, y los médicos no dejarán morir a un donante para obtener los órganos antes.
“La gente necesita confiar en el sistema de salud. Todos harán todo lo posible por salvar a un paciente, pero las personas no se presentarán hasta que se eduquen”, señala Prieto, quien ha realizado cirugías de trasplantes desde 1989.
Convertirse en donante ofrece a todos una oportunidad única para salvar vidas.
“Francamente, no entiendo cómo la gente puede decir que no. Donar un riñón es una oportunidad relativamente sencilla y de bajo riesgo para ayudar a un ser humano y ver el asombroso cambio que ha podido facilitar”.
Prieto realiza una cuarta parte de las cirugías de trasplante en la Clínica Mayo en Rochester, que el año pasado realizó 267. Él dice que la tasa de éxito del trasplante hoy en día es “impresionante” y segura para los donantes y sugiere que los hispanos están particularmente bien dispuestos a la donación de órganos .
“La comunidad hispana es unida y orientada a la familia, la comunidad perfecta para propagar esta filosofía de dar el regalo de vida”.