¡¡¡Viene la tormenta!!!
“¡¡Qué no panda el cúnico!!” —Chespirito (Chapulín Colorado)
Esta frase distorsionada, que hace referencia a la frase original de “Qué no cunda el pánico”, aplica plenamente en estos tiempos.
El pasado fin de semana, todos hablaban de la tormenta que estaba por llegar. Desde el viernes, algunas personas evitaron usar su auto por miedo a los peligros que corrían al manejar con la nieve o hielo en las calles. Esa noche, y la del sábado, las tiendas de abarrotes se llenaron de gente y en algunas hubo escasez de productos básicos como leche, huevo y pan. Todos esperaban lo peor y había que prepararse.
El hecho es que no hubo tal helada, apenas un poco de nieve.
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Ésta no es la primera, y seguramente tampoco será la última vez, que la gente (tanto americanos como hispanos), reacciona desproporcionadamente ante la posibilidad de un evento climatológico desfavorable.
Podríamos decir que los culpables son los “meteorólogos” de todos los medios de información; pero, si bien ellos informan de las “posibilidades” de que algo grave pase, es el público el que se encarga de correr la voz, de manera corregida y aumentada de lo que “va a pasar”.
Si el meteorólogo dice que “podrían caer hasta dos pulgadas de nieve”, la gente dirá “dijeron que van a caer tres pulgadas o más”; si dice “habrá heladas”, es muy probable que las haya, ya que son normales en este tiempo, pero la gente dirá “dijeron que todo va a estar congelado”; y así sucesivamente.
A muchas personas les gusta exagerar la cosas para hacerlas más interesantes; desafortunadamente siempre hay quienes no están bien informados, son demasiado precavidos o francamente son ingenuos para creer tantas exageraciones. El otro lado es que aún quienes están bien informados y que saben por experiencia que siempre hay exageraciones y que las cosas terribles que dicen no pasarán, también pueden tener dudas y caer en el juego.
Quienes hemos vivido en esta zona por 20 años o más, sabemos que nunca ha habido una tormenta que haya paralizado la ciudad por muchos días y que nunca ha habido desabasto de alimentos
Calma, y … “¡¡Qué no panda el cúnico!!”