El ir y venir en la gracia
- Eduardo Alvarado
- 1 nov 2018
- 3 Min. de lectura
Una mujer vino a mi oficina para obtener una carta que necesitaba para un empleador. Cuando me estaba dando la información necesaria para esta carta, su hija de seis años comenzó a mostrarse muy inquieta, lloriqueando y quejándose de que quería irse. Aunque su madre le dijo pacientemente que sólo tomaría unos minutos, la niña no lo aceptaría. En su ira por no salirse con la suya, comenzó a patear, pisotear y gritar: "¡Me quiero ir! ¡Me quiero ir!". Como cualquier madre amorosa haría para ayudar a un niño necesitado, se levantó y dijo: "¡¿Quieres enojarte?! ¡Haz tu rabieta y enójate!”
Sin pensarlo dos veces, esta niña se tiró al suelo y todos oímos un gran ¡PORRAZO! En su ataque de rabia, se había tirado boca abajo sobre mi piso de cerámica. Ni la madre ni yo dijimos una palabra. La niña tampoco tuvo nada más que decir. Simplemente se levantó, sacudió la cabeza y rápidamente se sentó en el sofá.
¿Eres como esta niñita? ¿Te enojas o pones enérgica si alguien no te da lo que sientes que necesitas o mereces? ¿Te sientes obligado a dar tu opinión para ayudar a alguien a pesar de que sabes que lastimarás los sentimientos de una persona? ¿Retiras afecto o apoyo si la persona que dices que te importa no ve o hace las cosas a tu manera? ¿Utilizas la vergüenza o la culpa para llamar la atención o para obtener el favor de los demás? Entérate que todas estas tácticas son formas de manipulación y control y que usarlas no hace que seas diferente a un niño que hace rabietas.

Si alguna vez sientes que necesitas forzar o manipular algo o a alguien para que las cosas sucedan, debes saber que estás cometiendo tu primer gran error. No estamos destinados a forzar que las cosas sucedan. Forzar a alguien a hacer lo que tú quieres, va en contra de los dos principios fundamentales que se necesitan para cualquier Edén o sociedad similar al Cielo: El libre albedrío y el amor incondicional. Si tienes la costumbre de usar la fuerza para salirte con la tuya o sientes que estás siendo manipulado para cumplir o ceder para que alguien te ame, debes saber que el Caos es el dios de tu mundo y que tu mundo es el Infierno.
La vida no debería ser una serie de batallas para obtener lo que necesitamos y queremos. La vida es un ir y venir de eventos y experiencias que nos ayudan a crecer y a encontrar la paz interior. Porque entre más paz tengas en tu interior, más gracia —el favor libre y no merecido de Dios— tocará tu vida y permitirá que lo que necesitas fluya naturalmente hacia ti. La sincronía, tiempos perfectos, personas que te muestran su favor; todo esto y más pueden ser parte de tu vida cuando dejas de lado el sufrimiento y otras formas de resistencia, y simplemente fluyes.
Así que aquí está la Primera Regla del Flujo: Si tienes que forzar o manipular para que algo suceda, entonces entérate que no está destinado a ser. Y si eliges forzar lo que no debe ser, conoce que las consecuencias de esa fuerza serán brutales. La elección de ir y venir bajo la gracia de Dios es cómo eliminamos el Caos y creamos el Cielo en la Tierra de Dios.
Madre Búho