Aprendamos
“Aprender es la acción de adquirir y retener conocimiento, habilidad o información sobre alguna materia, que modifique nuestro comportamiento”.
Cuando leemos libros, periódicos o revistas y, aún más, al ver videos en televisión o por Internet, aprendemos cosas nuevas.
Pero en el caso de salud o riesgos que corremos por hacer (o no hacer), determinadas cosas, somos muy renuentes a aceptar los hechos.
Cuando una persona se enferma o sufre algún accidente, siempre pensamos “eso no me va a pasar a mí”. Tiene que ser un amigo o familiar muy cercano, al que algo malo le sucede, para que le demos importancia al hecho.
El tabaquismo, alcoholismo, el uso de drogas y la diabetes, entre muchos otros, son temas de los que escuchamos constantemente, pero hacemos poco o ningún caso a las recomendaciones. Siempre encontramos alguna justificación para no cambiar, “no tengo tiempo para hacer ejercicio”; “así es como siempre he comido y estoy bien”; “si me decido lo dejo”; “mi organismo es distinto”; etc., etc., etc.
Cuando hacemos algo riesgoso, que pone en peligro nuestra integridad o la de nuestros seres queridos, las excusas no cambian mucho: “yo tengo más habilidad”; “así lo he hecho siempre”; “lo tengo todo calculado”; “a ése le pasó por tonto”; etc.
La verdad es que, el dicho aquel de que “Nadie experimenta en cabeza ajena”, está siempre vigente, pues sólo las experiencias que vivimos en carne propia, son las que nos hacen cambiar. Y esto aplica también para lo bueno pues, si escuchamos las experiencias de personas que todos los días se levantan muy temprano para trabajar más, las que obtienen un trabajo de medio tiempo para ayudarse en tiempos difíciles, los que comen sanamente, o aquellos que siempre están activos para cuidar su salud, son personas “raras” y nosotros no necesitamos hacer eso.
Podemos aprender de todas las experiencias que le suceden a las demás personas, lo único que tenemos que hacer es ponernos realmente en sus zapatos para tener mejor perspectiva y decidirnos a hacer un cambio drástico y no los “pequeños cambios” que no nos ayudan en nada.
