Lobos con traje de oveja
“Cualquiera que maneje más lento que yo, es un inútil, una tortuga. Cualquiera que maneja más rápido que yo, es un loco, inconsciente”.
- La mayoría de los conductores.
Existen muchos hombres, y no pocas mujeres, que son alegres, amables y cordiales... hasta antes de subirse a su carro; una vez al volante, se convierten en “lobos al volante”.
Ya sea que circulen en otro carril o frente a ellos, tienen actitudes críticas, intolerantes e incluso agresivas contra otros conductores.
Este tipo de personas siempre quieren “ganar” y “darle una lección” a cualquiera que se ponga en su camino.
“Ay viejito ... apúrate”, “¡Mujer tenías que ser!”, “¡¡Fíjate!!”, “Ya deja el celular”, “¡¡¡Muévete!!!” Éstas y muchas otras son las frases que van diciendo todo el camino, hasta llegar a su destino, donde vuelven a la “normalidad”.
Sabemos que todos en algún momento —ya sea por distracción, por alguna urgencia o preocupación— cometemos errores al manejar; pero cuando somos los afectados por esos errores a veces somos inconscientes de ello. Igualmente, las largas distancias que tenemos que recorrer y el creciente tráfico de la ciudad, provocan mucho estrés a algunas personas.
Como muchas otras cosas, los malos hábitos de manejo pueden ser contagiosos: si todos van con exceso de velocidad ¿por qué yo no?; si todos se esperan hasta el último momento para cambiar al carril de salida ¿por qué yo no?; si todos toman el carril para salir de la autopista y luego se siguen como si estuvieran entrando, para adelantar algunos vehículos, ¿por qué yo no?
Todo este tipo de faltas que algunos cometen debido al tráfico y las prisas, nos hacen caer en un juego absurdo de “a mí no me ganas” o “yo no te voy a dejar”, que resulta dañino para todos.
Siempre habrá personas a quienes decirles ‘manejas muy rápido’ y ‘parece que nadie te gana’, lo toman como un gran halago. Tal vez esas “carreritas en la autopista” son lo único que han ganado en su vida, por lo que para ellos eso es muy importante… ¿Acaso, eres tú?
Hay que recordar que la prudencia es la mejor compañera al manejar.
¡Calma! Poquitos minutos antes o poquitos después, pero sin riesgos ... seguro vas a llegar.
