Abuso sexual infantil
Todos los abusos que cometemos los seres humanos son malos, pero cuando estos dañan a personas indefensas, ingenuas e inocentes esto las convierte en algo terrible. Ése es el caso del abuso sexual contra niños y niñas, así como a adolescentes.
Un informe de la UNICEF indica que a nivel mundial, 1 de 4 niñas han sido víctimas de violencia sexual, (en general se dice 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 6 niños pueden convertirse en víctimas de abuso sexual).
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De acuerdo a con la Red Nacional de Violencia e Incesto (RAINN), en este país cada 98 segundos se comete una agresión sexual. Una de cada seis mujeres y uno de cada 33 hombres han sido víctimas de violación sexual o de intento de ella. (Además, no todos los abusos son reportados, lo cual incrementaría las estadísticas).
Muchas personas piensan que esto es algo que a sus hijos no les va a suceder, pues piensan que se da en niveles económicos bajos, pero es más común de lo que creemos y podría estar muy cerca.
El abuso sexual puede causar traumas en los niños y jóvenes, baja autoestima, problemas de salud y bajo aprovechamiento escolar. También puede conducir a la depresión, al abuso del alcohol y las drogas, que los afectados se causen dolor a sí mismos y hasta el suicidio.
Una de las cuestiones más tristes y a la vez frustrantes es que se sabe que la mayoría de estas violaciones son cometidas por algún conocido de la víctima.
Las recomendaciones para prevenir este tipo de acciones se basan en cuidar mucho a los hijos, hablarles del tema, que sepan que está mal y que nadie puede tocarlos o tomarles fotos si no quieren. Enseñarles a decir no, cuando se trata de su intimidad y a no recibir dinero, dulces o juguetes a cambio de acciones raras.
Si tu hijo te confiesa que algo está pasando, ponte de su lado, escúchalo y créele por increíble que parezca el hecho o la persona que la comete.
Ten cuidado con lo que ven en la televisión y lo que acceden en Internet, pon filtros y revisa frecuentemente lo que están viendo.
A veces los papás son los últimos en enterarse. Si observas a personas cometiendo actos raros o indebidos, repórtalos, hazle saber a sus padres, seguramente te lo agradecerán.