Madre por siempre
- Eduardo Alvarado
- 10 may 2018
- 2 Min. de lectura
Como en todas las actividades humanas, existe un debate sobre si las mujeres tienen el instinto de ser madres o éste se desarrolla debido a como fueron educadas o a las presiones sociales. Ya sea por instinto o no, la mayoría de las madres desde que tienen a su bebé en los brazos inician una nueva manera de vida, la cual está centrada en sus hijos. Por supuesto que las hay malas y otras que son madres por circunstancias ajenas a sus deseos, pero ya que este domingo es su festejo, hablaremos sólo de las buenas madres, que por cierto, son mayoría.

Las mamás siempre ven a sus hijos como los más bonitos del mundo, sin importar si al nacer, están chiquitos, gorditos, belludos, pelones, flaquitos o hinchados.
Normalmente cuando su bebé llora, ellas saben si es porque tiene, hambre, sueño o porque hay que cambiar el pañal, y se levantan gustosas a cualquier hora de la noche para atenderlo.
Conforme los hijos van creciendo, ellas comienzan a desarrollarse en todas las profesiones: enfermera, nutricionista, maestra, lavandera, cocinera, chofer, psiquiatra, etc.
No hay tristeza más grande que la que comparte la madre con su hijo enfermo, ni alegría mayor que la que siente al ver a su niño feliz.
Desgraciadamente las presiones económicas o el ser madres solteras obliga a muchas de ellas a tener que dejar a sus hijos en guarderías para ponerse a trabajar, aún sabiendo que nadie puede atenderlo mejor que ella misma.
Para quienes piensen que las mamás no tienen un instinto, simplemente hay que fijarse cómo atienden no sólo a sus hijos, sino a su marido enfermo o cansado, de la misma manera y dedicación como lo hacen con sus niños. Y no importa cuántos años tengan sus hijos, se siguen preocupando por ellos y corrigiéndolos como cuando eran pequeños.
Pareciera ser que todo esto fuera una cantidad exagerada de elogios, pero pensemos que si no hubieran sido así con nosotros, no seríamos lo que somos.
¡¡¡Gracias mamás!!!