La suerte en la vida
La suerte es uno de muchos eventos que experimentamos diariamente y para los cuales no existe una explicación convincente. Es más que “causalidad” a la que no responden sistemas lógicos, racionales o estadísticos, simplemente, está por encima de la comprensión humana.
Por supuesto, existen partidarios y detractores, pero el hecho es que es científicamente imposible demostrar que alguien tiene buena o mala suerte o que ésta no existe.
En nuestra vida diaria, todos conocemos a personas a las que aparentemente todo siempre les sale bien, siempre tienen buena suerte, decimos que “nacen con estrella”. Igualmente hay otras a las que nunca les va bien, siempre tienen mala suerte, “nacen estrellados”.
Regularmente las primeras personas son positivas, alegres, activas y seguras de sí mismas; mientras que las segundas siempre están de mal humor, son desconfiadas y negativas.
A veces algo malo lleva a algo bueno cuando, por ejemplo, tenemos un accidente de tránsito y nuestro coche queda muy dañado, pensamos “qué mala suerte”; pero a veces sucede que recibimos una compensación extraordinaria y decimos “qué buena suerte”.
Otro ejemplo sería, un deportista o profesionista que se prepara muy bien para algún evento y de último momento se enferma o se lastima y no puede participar; mientras que alguien que no lo esperaba, es llamado.
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Es innegable que la suerte nos acompaña en cada cosa que hacemos. Pero nunca debemos actuar impulsivamente. Si creemos que es nuestro día de suerte no deberíamos arriesgarnos demasiado o “apostar todo” confiando en ello; así como tampoco debemos paralizarnos y no querer ni salir de casa porque es un día malo.
Al experimentar un golpe de suerte, aunque sea algo pequeño, como encontrar una moneda o algún billete, inmediatamente aumenta nuestro ánimo y a veces es suficiente para “hacernos el día” y ciertamente por el contrario cuando tenemos mala suerte en algo siempre hay desánimo.
Aquí el punto es hacer lo posible por maximizar las cosas buenas y minimizar las malas para que los días sean siempre buenos... o lo mejor posible.
¡Recuerda que la buena suerte está formada por esfuerzo y constancia!