top of page

¿Fracasado yo? ¡Nunca!

Cuando dicen de alguien que es un fracasado, le están aplicando uno de los peores calificativos. Lo ven como a un bueno para nada y le aplican cierto rechazo social como para no ser contagiados. Quizá porque quienes juzgan así, echan a andar un mecanismo defensivo que les impide reconocer las fallas o limitaciones humanas.

“Es de sabios errar”, dice el refrán. El error o fracaso, es obstáculo a vencer para seguir adelante. La única forma de aprender y madurar, es tratando de hacer las cosas, y si hay fallas, tratar de enmendarlas y aprovechar su efecto. Y eso es aplicable en todos los ámbitos de nuestra vida: familiares, escolares, laborales, deportivos y hasta en el amor. Si no barremos los errores para limpiar nuestro campo de acción, nos sentiremos frustrados y derrotados en casi todos los aspectos de nuestra vida.

¿Por qué podemos sentirnos fracasados? En muchas ocasiones, porque nuestras expectativas son extralimitadas a nuestras capacidades y nos sentimos desilusionados cuando no conseguimos lo que creíamos posible. En algún lado leí que eso sucede cuando no medimos la distancia que hay entre el “yo” y “el ideal del yo”; es decir, entre lo que soy y lo que creo ser.

Permíteme decirte que si nos descuidamos, podemos caer en cualquiera de estos dos tipos de seres que se sienten fracasados: los que tienen una idea muy pobre de sí mismos y no le dan importancia a nada, y todo lo que emprenden lo hacen pensando que lo más probable es que fracasen. Los otros son los perfeccionistas, los muy escrupulosos, los que piensan que nunca hacen lo que emprenden en forma que sea irreprochable. Viven amargados.

Conozco personas que son profesionistas, que ante los ojos de los demás son unos triunfadores, pero que fracasan totalmente en sus relaciones familiares o con sus amistades, porque no han dedicado a sus relaciones el tiempo suficiente para afianzar esos importantes lazos.

Cierto que hay otro tipo de fracasos que suelen ser amargos, dolorosos, y que se presentan por causas que no está en nosotros impedir, como son las injusticias, pero que sin embargo, tenemos que soportar con dignidad para impulsarnos y salir adelante. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracaso. Si te identificas con el éxito, tendrás éxito.

Si nos afecta el fracaso, no significa que no hemos logrado nada; significa que hemos aprendido algo. No significa que hayamos tenido descrédito; significa que estuvimos dispuestos a probar. No significa falta de capacidad; significa que debemos hacer las cosas de otro modo. No quiere decir que seamos inferiores; nos enseña a aceptar que no somos perfectos. No significa que hayamos perdido todo; sino que tenemos razones para empezar de nuevo. No nos orilla a tener que retroceder; sino a luchar con más tesón. Nunca debemos pensar que Dios nos abandonó; lo que pasa es que ¡tiene algo mejor para nosotros!

El afamado escritor Ernest Hemingway afirmaba que “el hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”.

Los científicos e investigadores afirman que el error es como un paso ineludible y valioso para poder avanzar. El fracaso es sólo un paso, nunca el final, y con base en esta afirmación, permíteme compartir algunos conceptos que leí sobre el tema y que mucho ayudan a sobreponerse a los efectos de un fracaso:

• Primero analiza el fracaso, define cómo te afecta. Encara el problema y búscale una salida viable.

• Dedica a cada problema el tiempo y la dedicación que se merece, y eso tendrá que ser en proporción a su importancia (de estudio, familiar, trabajo, amoroso, de amistad, etc.).

• Date cuenta que no eres el mejor, ni la persona más atractiva, menos el más listo y al que más quieren. Así te irá mejor. Debe haber un razonamiento entre el “yo ideal” y el “yo real”. Deben coincidir lo que eres, con lo que piensas que eres, así vivirás más a gusto, tendrás un mayor equilibrio personal y adquirirás madurez.

• Acepta que lo que te ha dado la vida, lo que has conseguido, es un logro, y nunca cedas en tu voluntad de mejorar. No has tenido sólo fracasos.

• Tenemos el derecho a fallar, a cometer errores. Eso es de humanos. Trata de cerrar pronto la herida y estarás bien.

• Si no puedes luchar contra el sentir que has fracasado, ¡no hagas un drama! Recurre a alguien que te ayude en: la familia, los amigos o profesionales del desarrollo humano, y seguramente saldrás del hoyo y verás cómo todo eso que te afectaba simplemente pasará.

Así es que puedes exclamar con toda seguridad: ¿Fracasado yo? ¡Nunca! Y no pierdas de vista que no has sido hecho para la derrota.

¡Ánimo!

Hasta la próxima

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
Special Sections
Previous Editions
buy sell find advertise discount sales kansas city
bottom of page