Comprométete con un corazón saludable
La prevención es la clave, según los médicos, cuando se trata de enfermedades cardíacas, la principal causa de muerte de mujeres y hombres en EE.UU. Los profesionales de la salud instan a los adultos a que conozcan sus factores de riesgo modificables, que pueden controlarse mediante el hábito y el ejercicio.
“Los antecedentes familiares no son modificable, pero todo lo demás sí lo es”, dice el Dr. David Ríos, Cardiólogo de Midwest Heart and Vascular Specialists. “Se trata de prevención”.
En febrero, Mes Americano del Corazón, el enfoque está en el corazón y la enfermedad cardíaca, que es previsible y controlable. Los factores de riesgo modificables para las enfermedades cardiovasculares son presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y prediabetes, sobrepeso y obesidad, tabaquismo, falta de actividad física, dieta no saludable y estrés.
“Discuta sus factores de riesgo con su médico y aprenda qué puede hacer para modificar esos riesgos”.
Los factores de riesgo de enfermedad coronaria que no se controlan son edad, sexo, etnia y genética.
Ríos recomienda que los adultos con antecedentes familiares de factores de riesgo — enfermedades cardiovasculares, diabetes y presión arterial alta — comiencen a monitorear regularmente su presión arterial a los 25 años. Sugiere que las personas con mayor riesgo empiecen a los 30 a hacerse exámenes preventivos de rutina anuales con un médico que incluyan control de signos vitales y análisis de colesterol y diabetes.
Treinta es una edad razonable para que los adultos en general comiencen a monitorear la presión arterial regularmente.
Según las nuevas pautas desarrolladas por la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) y el Colegio Estadounidense de Cardiología, el 46% de los adultos en EE.UU. están clasificados como hipertensos. Las nuevas pautas consideran cualquier lectura sistólica por encima de 130 ó diastólica por encima de 80 como presión arterial alta. Las pautas anteriores consideraban que cualquier nivel superior a 140/90 era presión arterial alta. La reducción de los números permite una detección y tratamiento más temprano de la hipertensión para prevenir problemas futuros.
Bajo las nuevas pautas, lo normal está dentro del rango óptimo de 120/80. La presión arterial elevada se produce cuando las lecturas varían de 120 a 129 sistólicas y menos de 80 las diastólicas. La hipertensión Etapa 1 es cuando la presión arterial oscila consistentemente entre 130 y 139 sistólica u 80 a 89 diastólica. La hipertensión Etapa 2 es cuando la presión arterial mide constantemente 140/90 ó más.
Entre los cambios de estilo de vida que reducen la presión arterial están: Reducir la ingesta de sodio; consumir una dieta rica en frutas y verduras frescas, granos enteros, pescado, aves de corral sin piel y nueces; hacer 30 minutos de actividad física diariamente; manejar el estrés; dormir lo suficiente; evitar el tabaco; y limitar el consumo de alcohol.
Los expertos en salud enfatizan la importancia de la medición correcta de la presión arterial. Las personas deben determinar su presión arterial basándose en una serie de lecturas a lo largo del tiempo, no en una sola lectura, aconseja LiveWell del condado Johnson, una iniciativa del Departamento de Salud del condado.
“Deberían medirla a la misma hora bajo las mismas condiciones todos los días durante varios días. La presión arterial fluctúa a lo largo del día en respuesta a la actividad y otros factores, y muchas cosas pueden afectarlo” señala Ríos.
A continuación, te mostramos cómo obtener una medición precisa. Siéntate en silencio y relájate durante cinco minutos. Siéntate derecho con ambos dos pies apoyados en el piso y la espalda apoyada. Asegúrate que la abrazadera en el brazo desnudo sea del tamaño correcto. Mantén el brazo al nivel del corazón con el codo ligeramente flexionado, relajado con la palma hacia arriba sobre una superficie plana. Toma dos o tres lecturas con un minuto de diferencia.
“Realmente quieres un promedio”.
Él alienta a sus pacientes a invertir en un dispositivo de medición para controlar su propia presión arterial diariamente y llevar sus dispositivos domésticos a su oficina para verificar la precisión.
“La prevención es clave. Prefiero prevenir un ataque al corazón que tener que tratar a alguien después de uno”, concluyó.