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¿Estás viviendo en una cueva en tu mente?


Hace unos 2,400 años, los filósofos griegos se unieron para explicar a la sociedad el significado de la vida y el propósito de la existencia del hombre. Algunos argumentaron que los humanos aceptan imágenes e información falsas como realidad principalmente debido a la necesidad de percibir el mundo a través de los sentidos físicos. En otras palabras, si no lo ves, lo escuchas, lo hueles, lo saboreas o lo sientes, no existe y, por lo tanto, no es real.

En la Alegoría de la Cueva, Platón demuestra cómo esta falsa realidad es simplemente el resultado de la falta de educación e información. En su historia, él explica que la vida es como tres prisioneros que han sido encarcelados y encadenados en una cueva desde su nacimiento. Están encadenados de tal forma que no pueden mover manos, pies o cuello. Mientras cuelgan, se ven obligados a mirar la pared de la cueva directamente frente a ellos. Un fuego arde detrás de ellos y cada vez que algo pasa junto a este fuego, las sombras se proyectan en la pared de la cueva. Año tras año, observan las sombras de personas, animales y cosas que llevaban mientras pasaban junto al fuego. Debido a que nunca han salido de la cueva hacia el mundo exterior, inventan sus propios nombres para las cosas que ven en la pared.

De alguna manera, un prisionero se libera de sus cadenas y se ve obligado a darse la vuelta y mirar el fuego, el cual inmediatamente hiere sus ojos y todo lo que quiere hacer es quedarse en la cueva. Esto se debe a que él no entiende el fuego pero sabe que las sombras en la pared de la cueva son reales. Pero cuando sus ojos se adaptan a la luz del fuego, se da cuenta de que debe salir de la cueva. Mientras se empuja dolorosamente para salir de ella, la luz del sol hiere de inmediato sus ojos y se desorienta y confunde. De nuevo, todo lo que quiere hacer es volver a las sombras de la cueva porque sabe que las sombras son reales. Al mismo tiempo, siente la necesidad de seguir avanzando en su dolor.

En este nuevo mundo, la gente le dice que las sombras no son reales, sino que son sólo reflejos de los objetos que tienen color. El hombre se niega a creer que los objetos con color sean reales porque las sombras parecen verse más claras para él. Sin embargo, a medida que sus ojos se adaptan gradualmente a su nuevo mundo, él puede mirar directamente los objetos con color y sus ojos ya no son dañados por el sol. Con el tiempo, este ex prisionero se da cuenta de que la luz que una vez dañó sus ojos, el sol, es la razón por la que puede ver todo.

En su emoción, el hombre iluminado regresa a la cueva para decirle a sus amigos que las sombras no son reales y que la realidad está fuera de la cueva. Pero cuando mira la pared de la cueva, le cuesta ver las sombras porque sus ojos ya no están acostumbrados a la oscuridad. Mientras trata de explicar su nueva realidad, sus amigos prisioneros ahora piensan que es estúpido y ciego y se niegan violentamente a ser liberados.

Cuando se enfrentan a un desconocido que apunta a un nivel diferente de conocimiento o realidad, muchos humanos se retiran a la cueva y discuten hasta el punto de la hostilidad sobre cómo las sombras son reales. Carl Jung llamó a ésta “la cueva del inconsciente colectivo humano”. Según el fundador de la Psicología Analítica, el inconsciente colectivo es la parte de la existencia donde se almacenan los recuerdos y pensamientos humanos más primitivos. Y porque inconscientemente significa literalmente “sin consciencia”, el inconsciente colectivo almacena y hace disponibles todos los pensamientos más temerosos y viles de la humanidad para la mente del hombre. Éste es el nivel más bajo de consciencia.

El siguiente nivel de consciencia es el subconsciente. Éste almacena los recuerdos y pensamientos individuales de una persona, así como los “mensajes” que la sociedad en conjunto “programa” a otros para que crean con ellos. Estos “mensajes” en el subconsciente incluyen cosas como la definición de matrimonio y los estrictos roles y expectativas de género.

La consciencia despierta normal es el nivel de consciencia de tu mente cuando estás despierto. Ésta incluye el flujo y reflujo continuo de pensamientos, sensaciones, percepciones y sentimientos que conforman tu vivido sentido de la realidad.

El nivel más alto de consciencia es la consciencia de Dios. Estoy aprendiendo que ésta, también conocida como amor puro, es el Cielo interior.

El teólogo y filósofo Robert H. Nash escribió: “Al igual que los prisioneros encadenados en la cueva de Platón, cada ser humano percibe un mundo físico que no es más que una pobre imitación de un mundo más real. Pero de vez en cuando, uno de los prisioneros se libera de los grilletes de la experiencia sensorial, se da la vuelta y ¡ve la luz!”.

¿Cómo se las arregla tu mente con ideas y pensamientos extraños? ¿Se retira inmediatamente a las sombras de la cueva oscura con miedo e ignorancia? ¿O estás abierto a nuevas ideas y diferentes formas de pensar que pueden estar fuera de tus cinco sentidos físicos? El conocimiento es simplemente un nivel de percepción. La única forma de pasar de un nivel de consciencia a un nivel superior es eliminar la resistencia del ego al cambio. Eliminar la resistencia es el primer paso para tomar consciencia y salir de la cueva. Madre Búho.

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