Revolución digital
Terminaron las fiestas de fin de año y la Rosca de Reyes fue la última gran reunión familiar.
Y tú, ¿de qué lado del plato ponías el celular?
Existen familias con la buenísima costumbre de prohibir usar el teléfono mientras están en la mesa, pero desgraciadamente éstas son la minoría.
Durante las pasadas fiestas, con tantos familiares reunidos, sería imposible tratar de evitar que se use. Ya fuera para tomar y mandar una foto, o para mandar o recibir un mensaje de felicitación, todo mundo sacaba el celular.
Hasta ahí la cosa no es tan grave, pero lo que sí es innegable es que poco a poco la tecnología está cambiando la forma como nos comportamos, nos estamos volviendo más adictos y dependientes de los celulares, tablets y computadoras.
Un estudio llevado a cabo en el Reino Unido concluyó que las personas que usan frecuentemente el celular e Internet son más propensos a olvidar las cosas, cometer errores y están más ajenos a su entorno.
Todos los días usamos el teléfono o la tablet desde temprano como despertadores, agenda, para checar el tiempo o el tráfico, para informarnos de lo que pasa en el mundo, la farándula y con la familia. Se han convertido en algo imprescindible y por lo cual indudablemente regresamos a casa si lo olvidamos.
Aún se están haciendo muchos estudios y quizá sería muy pronto para sacar conclusiones a favor o en contra del uso de estos aparatos, pero lo que sí es un hecho es que ya no somos los mismos.
Seguramente habrá quien diga “a mí la tecnología me acompaña, me entretiene, me llena... me hace feliz”, y eso sería una triste realidad porque ¿dónde quedan entonces, los paseos al aire libre, las aficiones como pintar, coser, bailar, etc.?
Así como se dio el Renacimiento, o la Revolución Industrial ahora estamos viviendo la Revolución Digital... ¡¡a ver a dónde nos lleva!!
