Como Borreguitos
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Está claro que por naturaleza, a los seres humanos nos gusta vivir en grupo conviviendo e interaccionando entre nosotros. Parte de esa interacción incluye el copiar o seguir modas,
costumbres y comportamientos que otros hacen.
Desgraciadamente en la actualidad muchos de nuestros comportamientos están determinados por intereses económicos o políticos.
Las compañías gastan mucho dinero en estudios de psicología y mercadotecnia para saber cuál es la mejor manera para que compremos sus productos, ya sea que los ocupemos o no.
Es sabido que los políticos también invierten dinero en compañías que los asesoran para saber cómo hablar, qué decir e incluso qué colores usar para lograr un mejor impacto.
Los meteorólogos nos dicen qué tipo de ropa debemos usar y también si podemos salir o no debido al clima (aunque muchas veces se equivocan rotundamente).
Ahora vemos también a las compañías farmacéuticas gastando mucho dinero en anuncios diciéndonos “qué debemos pedirle a nuestro doctor que nos recete”.
Todo esto nos parece ya tan normal que nos damos cuenta que de alguna manera nos están manipulando para que hagamos lo que ellos quieren.
Ver y escuchar anuncios constantemente es parte de nuestra forma de vida. Por ejemplo, para quienes nos apasionan los partidos de la NFL sabemos que para verlos necesariamente tenemos que resignarnos a ver anuncios constantemente, ya sea por interrupciones del juego o por cortes comerciales predeterminados, donde es el juego el que tiene que esperar a que pasen los anuncios. Hay quienes dicen que es “el deporte hecho para la televisión”, pero la realidad es que es el deporte “hecho para los anuncios”.
El punto es que ya sea por televisión, radio o con anuncios en las calles, estamos bajo un constante bombardeo de productos y personas que nos dicen qué es lo que debemos hacer o qué es lo mejor para que vivamos de mejor manera, todo de acuerdo a sus propios intereses.
Así es como vivimos y esto es parte de la sociedad moderna.