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Saber y Verdad



Muchas exploraciones filosóficas sobre el conocimiento comienzan con una pregunta como “¿cómo sabemos que sabemos algo?” Pero tal vez igualmente crucial es el asunto de aprender, ya que el aprender u olvidar varias cosas afecta nuestro nivel de conocimiento. Aprender permitiría a alguien ir de saber 0 (“nada”) a saber 1 cosa, luego 2, y así. Olvidar obviamente significaría ir en reversa de 2 a 1 y tal vez de regreso hasta 0. Pero debería haber un nivel por algún lado entre ambos donde no estamos aprendiendo ni olvidando, ¿no? Entonces la verdadera pregunta es: ¿Podemos aprender algo que ya sabemos?

El artículo anterior sobre lógica y razonamiento nos permitió entender cómo es que uno puede deducir o inducir información lógicamente. Este proceso de información es como inferimos el conocimiento. Pero igualmente importante que inferir/adquirir conocimiento está el asunto de conferir/otorgar información y conocimiento. El inducir y deducir datos lógicamente permite a los individuos conducir información en el mismo modo que inferir y conferir información les permite comunicar conocimiento (y, con el tiempo, sabiduría). En cuanto al aprendizaje, tanto el razonamiento inductivo como el abductivo son referidos como métodos ampliativos, o sea que expanden el conocimiento humano. A diferencia de la deducción, la cual a menudo depende de silogismos (argumentos donde la conclusión es derivada directamente de las premisas), la inducción y la abducción llegan a conclusiones que quedan más allá de lo que está contenido en las premisas. Ahora que hemos cubierto algo de la terminología formal, es hora de regresar a la pregunta principal.

¿Podemos aprender algo que ya sabemos? La respuesta parece ser obviamente “no” porque el aprender sugiere que la información es nueva. Pero usemos las lógicas y recordemos que la lógica deductiva no es ampliativa, y esto hace que todo sea más interesante. La conclusión deductiva del artículo anterior (por ejemplo “Sócrates es mortal”) puede no parecer gran descubrimiento o ejemplo de aprendizaje, pero consideren los siguientes ejemplos:


Los bilingües hablan dos idiomas Los bilingües hablan dos idiomas

Yo hablo inglés y español Yo hablo italiano y alemán

Entonces yo soy bilingüe Entonces yo soy bilingüe


Lo interesante es precisamente lo obvio que todo esto parece para todos los que estamos leyendo. Hay poca controversia en decir que alguien que habla inglés-español y alguien que habla italiano-alemán son “bilingües” aunque no tengan nada en común. Sin embargo, vean lo que sucede cuando sustituimos la segunda línea a lo siguiente:


Los bilingües hablan dos idiomas; yo hablo Spanglish; Entonces yo soy bilingüe


“Spanglish” es una combinación de inglés y español, los cuales son idiomas, así es que esta persona de hecho habla dos idiomas, aunque esto tal vez sea diferente a lo que queríamos decir o imaginamos al considerar “bilingües”. ¿Existe controversia aquí? El truco es por supuesto que los bilingües hablan ambos idiomas con fluidez. Pero la lección aquí es que usando deducción, inducción y abducción en estos tres ejemplos podemos revisar y reaprender nuestra definición de “bilingüe” para poder inferir y conferir el mismo conocimiento sobre lo que ser bilingüe “realmente” es.







A → B

Deduct: Derive B from A (logical consequence). “A entails B”. Necessary cause-consequence.

Abduct: Infer A to explain B (best explanation). “A entails B”. Other possible causes of B.

Induct: Infer B from A (good reasons). Other possible consequences from A.


Deductive: Valid/Invalid and Sound/Unsound (Valid + premises are true)

Abductive: ?

Inductive: Strong/Weak and Cogent/Uncogent (complete, relevant, and generally convincing)







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