¡(Sé) Feliz Año Nuevo 2017!

El comienzo del Año Nuevo es un buen momento para iniciar el proceso de dejar ir los viejos hábitos y formar nuevos. La mayoría de nosotros nos hemos vuelto realmente buenos en la elaboración de Resoluciones de Año Nuevo. Además, estamos decididos a lograr estos objetivos ... al menos por un tiempo. Porque parece que al final de cada año, cuando repasamos nuestras vidas, muchas veces encontramos que estamos haciendo las mismas resoluciones para el próximo Año Nuevo.

Entonces, ¿qué estamos haciendo mal? ¿Qué nos pasa a los seres humanos que después de unas semanas encontramos casi imposible hacer lo que está en nuestra lista de cosas por hacer del 2017, antes de que ‘tiremos la toalla [2017]’? (‘tirar la toalla’ es un modismo español que significa darse por vencido).

Creo que el problema tiene que ver con cómo hacemos nuestras resoluciones de Año Nuevo. Hacer una lista de objetivos específicos sin tener la base adecuada para lograr estos objetivos es infructuoso. No sé tú, pero yo quiero que las 12 uvas de la prosperidad que casi me atraganté en la víspera de Año Nuevo cuenten para algo.

Recuerda la Ley de Atracción. Esta ley establece que tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior. Al hablar de las resoluciones de Año Nuevo, mira tus metas como parte de tu mundo exterior. Tus creencias básicas sobre ti mismo y el mundo que te rodea son una parte de tu mundo interior. Tus creencias básicas deben coincidir positivamente con tus resoluciones o fracasarás.

Es como decir: “Voy a perder 30 libras este año”, mientras que en el fondo, en tu médula, no estás completamente seguro de que puedes perder esas 30 libras porque has fallado tantas veces antes. La desconfianza en uno mismo y su mejor amigo por siempre, el pensamiento motivacional negativo, son los mayores saboteadores de los objetivos personales. Dudas y te criticas a ti mismo mientras estás tratando de lograr algo y la primera vez que te das un atracón a lo largo de un mal día con un plato de nachos rematado con ‘chips súper picantes y cargados con queso, te das por vencido. No más dieta. No más ejercicio. No más Resolución de Año Nuevo. Todo porque, en lo profundo, ya creías que fracasarías.

Es hora de acabar con las resoluciones típicas y pensar en mantras personales. La palabra “mantra” es hindú para una palabra o frase repetitiva usada en la meditación y plegarias. “Mi boca hablará sabiamente, y mis pensamientos serán sensatos”. (Salmos 49: 3) Toda nuestra charla, a nosotros mismos y a los demás, debe ser sabia y cariñosa.

Todos tenemos nuestros mantras. Algunos de mis mantras personales incluyen “Quiero la verdad, aunque duela” y “Puedo comer lo que quiera y nunca subo de peso”. Mi nuevo mantra para 2017 es “Bendice. No esperes nada. Déjalo ir. Recibe todo”. No todos mis mantras son positivos. Por ejemplo, cuando las cosas van mal, necesito dejar de decirme a mí misma: “Sé que las cosas podrían empeorar”. ¿Por qué querría invitar a algo peor con mi pensamiento negativo? Entiendo la Ley del Libre Albedrío: Lo que crees, recibes.

¿Cuáles son tus principales creencias acerca de ti mismo o acerca de cómo funciona la vida cuando se trata de perder peso, salir de la deuda o dejar de fumar? Escucha tu reflexión cuando piensas en tus metas. Si esta charla es negativa de alguna manera, hazla positiva. Regla Útil # 1: No más dudas de ti mismo por cualquier razón. Regla Útil # 2: No busques la perfección cuando se trata de completar tus resoluciones. Busca mejoras. Y la regla Útil # 3: Si hay algo o alguien en tu vida que trae a colación sentimientos de inutilidad, por favor tómate el tiempo para pensar en tu propia felicidad. La vida es demasiado corta para estar en una relación con una persona que no quiere ser feliz contigo.

Así que no esperes ser feliz hasta después de haber tenido éxito en el cumplimiento de tus resoluciones de Año Nuevo. ¡(Sé) Feliz Año Nuevo 2017 y lograrás tus metas gracias al amor que tienes en tu corazón por ti mismo!