Sociedad sin fútbol

¿Qué pasaría si, con el objetivo de que la gente se involucrara más en la política, quitaran el fútbol... y el béisbol, las series de tv y las grandes premiaciones y todas las cosas que “distraen” a la gente?

Probablemente de todas maneras no se involucraría. Aunque se dice que es un deber cívico, el meterse a las cosas políticas es algo que a mucha gente no le interesa. Ya sea por su personalidad tímida o retraída, o por sentirse decepcionados al haber participado y no haber obtenido lo que esperaban, o simplemente por convicciones personales, la verdad es que la gente está en todo su derecho de no participar en la política. Por supuesto tienen que aceptar que otros decidan por ellos y respetar sus decisiones.

Pero ¿qué pasaría si TODOS participáramos?, realmente ¿ésa sería la solución para tener un buen gobierno?... tal vez no necesariamente. Además, casi todos conocemos a algunos individuos necios, resentidos o intolerantes que definitivamente sería mejor que no participaran.

La historia nos muestra que han existido grandes dirigentes que han llegado a sus puestos por azares del destino o por simple herencia, mientras que muchos que han sido elegidos por grandes mayorías les han fallado rotundamente, unos por ambición, otros por incapacidad y algunos más porque han sido traicionados. El punto es ¿cuántos de ellos realmente querían estar en la política? Si se les pudiera preguntar, quizá responderían lo que le pasa a gran cantidad de profesionistas exitosos… “la verdad es que aunque soy bueno para esto, a mí me gustaría estar haciendo otra cosa”.

Por eso la política es complicada, porque implica decisiones humanas y los humanos además de complicados estamos llenos de imperfecciones.

No hay de qué preocuparse… ¡el fútbol está a salvo!