Foro aborda la construcción del poder de las latinas en los sindicatos y en todo el país
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Declarando que las latinas y los latinos son el futuro del movimiento obrero, un panel de lideresas sindicales latinas discutieron estrategias para incrementar la participación de las latinas y el poder en los sindicatos y en todo el país.
Montserrat Garibay de Education Austin en Texas; Diana Ramírez del Centro de Oportunidades de Restaurantes en DC; Mónica Ramírez del Consejo Laboral para el Avance Latinoamericano (LCLAA) y Dora Cervantes, la primera latina en ser Secretaria-Tesorera de los maquinistas, expusieron una variedad de rutas para que las latinas avancen; y también para ganar poder político.
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“El empoderamiento de las latinas es importante ya que nadie más que nosotras podemos contar nuestras historias”, dijo Garibay.
El foro de Trabajadoras resaltó el hecho de que las latinas forman parte tanto del grupo minoritario más grande de EE.UU. como de uno de los más oprimidos. Los datos federales muestran que las mujeres trabajadoras latinas ganan un salario medio de 54 centavos por la mediana del pago que gana un hombre blanco.
Y los encuestadores dijeron a la multitud reunida en una conferencia de AFL-CIO el 13 de octubre que las latinas — especialmente en la industria restaurantera — reportan altos índices de robo de salarios, discriminación y acoso sexual en el trabajo.
El punto clave de los esfuerzos de los sindicatos para las trabajadoras latinas debe ser el empoderamiento y enseñarles cómo lograrlo, dijeron las panelistas. Esto puede ir desde ayudar a los latinos y las latinas a obtener la ciudadanía estadounidense guiándolos a través del laberinto de requisitos, hasta combatir una cultura que a menudo les dice a las mujeres latinas que deben quedarse calladas y no hablar.
Y los sindicatos son y pueden ser el conducto para ese empoderamiento, si hacen el esfuerzo para conectar y entrenar a las latinas, agregaron las panelistas.
“Cero punto uno por ciento de los trabajadores de restaurantes están sindicalizados”, indicó Ramírez, Directora Ejecutiva de ROC de su sucursal de D.C. “Es difícil organizarlos debido a la alta rotación y bajos salarios. Si estabilizamos la fuerza de trabajo, entonces hay mucho más oportunidades de organizar”.
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Así que ROC, una organización sin fines de lucro sindicalizada que aboga por los trabajadores de restaurantes en 10 ciudades importantes, también dirige talleres para capacitar a las latinas en cómo avanzar desde el fondo de la casa — cocineros, lavaplatos, servidores — hasta los puestos al frente de la casa, ocupados generalmente por hombres blancos.
Y ROC trabaja para convencer a los restauranteros para empoderar a sus trabajadores pagando un salario digno; mostrándoles cómo hacerlo que es también bueno para los negocios, reduciendo la rotación y mejorando la moral y eficiencia de los empleados. Los trabajadores de los restaurantes, en particular los servidores, ahora ganan el llamado “salario con propina mínimo”, de $2.13 por hora a nivel nacional. No ha aumentado en 25 años.
El sindicato de Garibay, un afiliado conjunto AFT-NEA, imparte capacitación a maestros, conductores de autobuses y empleados de escuelas clasificados para darles más habilidades y fuerza para defenderse por sí mismos, incluso en el antisindical Texas.
En Education Austin, “Queremos que digan ‘Si estoy trabajando horas extras, págame tiempo y medio’”, como lo exige la ley federal, y como los directores anglos de escuelas a menudo se niegan a hacerlo.
“Como maestra, no puedo hacer mi trabajo completamente si los trabajadores de la cafetería (en mi escuela) no son tratados con respeto”, comentó Garibay. Los trabajadores de la cafetería son en su mayoría latinas.
Pero la acción política también es necesaria. En un punto, dijo Garibay, los miembros anti-obreros dominaban el consejo escolar. Así que Education Austin reunió a grupos de ideas afines en una coalición de masas para salir y educar a los votantes sobre cómo cambiar a los miembros del consejo para mejorar las escuelas. Lo logró. Ahora, siete de los nueve miembros del consejo son amigables con los trabajadores y los estudiantes, dijo.
Y su sindicato lanzó las campañas de la ciudadanía, llegando incluso con dinero para ayudar a los latinos y latinas a pagar los $680 que cada uno necesitaba para obtener los documentos necesarios y pagar los honorarios federales para convertirse en ciudadanos — después de capacitar a los trabajadores sobre qué preguntas enfrentarían.
Lo logró, agregó, porque los organizadores se ven como las personas a las que sirven.
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Eso es importante: el movimiento obrero debe dar el primer paso, encontrando y alentando a las latinas que están dispuestas — y capaces — a tomar el tiempo para aprender a defenderse a sí mismas. Las panelistas estuvieron de acuerdo con Garibay en que los sindicatos primero deben identificar a las latinas con las características de líderes, luego educarlas y después movilizarlas para ascender a posiciones dentro del movimiento, como en las juntas ejecutivas locales y también fuera de ella.
Ramírez de ROC, señaló que por desgracia ejecutar esas opciones puede ser difícil para los trabajadores de restaurantes, que deben vivir al día con su cheque de sueldo, que tienen horas erráticas y que se ven obligados a sobrevivir con las propinas. A menudo no pueden tomar tiempo libre para la capacitación y el desarrollo. Así que ROC está trayéndoselos a ellos.
Cervantes, Funcionaria de la IAM, ofreció otra forma de ascender: Marchando a través de las filas a la cima de un sindicato 80% de hombres y en su mayoría blancos. Ella se hizo el hábito de derribar las puertas. Pero eso también la llevó a hablar de la acción política.
“A medida que crece el número de latinas y muestra poder en las urnas, los políticos tendrán que lidiar con nuestros problemas — el acoso, los comentarios, la ‘M...’”, declaró Cervantes. “Tenemos que decir, ‘¡Basta!’ ‘¡Es Suficiente!’”
Eso significa también organizar, repartir folletos, protestar y tomar los asuntos de las latinas, desde los salarios bajos y el acoso sexual hasta el cuidado infantil accesible, al público en general, dijo.
“Tenemos que llevar nuestra campaña a las calles porque conocemos los problemas aquí”, agregó, señalando a la multitud de trabajadores. “Pero ¿lo saben ellos allá afuera?”