Meditación: El poder de la mente
La palabra “meditación” nos lleva a la incertidumbre y al escepticismo de muchas personas, especialmente aquellas dedicadas a su religión en distintas iglesias. A mí también me costó mucho envolver mi mente alrededor de la práctica. Lo único que sabía sobre la meditación era lo que veía con el movimiento de la nueva era. Ah ... y de una vaga referencia de la Biblia. Algo así como “meditar sobre la palabra del Señor”.
Cuando por fin decidí que quería saber más acerca de lo que Dios dijo acerca de la práctica de la meditación, hice una búsqueda de la palabra en una versión en línea de la Biblia de la Reina Valera (kingjamesbibleonline.org). Para mi sorpresa, la palabra “meditar” surgió 18 veces. Además, la palabra “meditación” apareció seis veces. Veinticuatro menciones diferentes en la Biblia y ni una sola vez he oído a un pastor, predicador o sacerdote hablar sobre la meditación como una poderosa herramienta autorizada por Dios. Por el contrario, parece haber un temor general asociado con la meditación. Así que… ¿Qué nos ha pedido Dios hacer que algunas personas parecen creer que es malo?
Bueno, primero vamos a ver uno de estos versículos de la Biblia: Josué 1:8 “Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y luego tendrás éxito”.
Entonces, ¿qué nos dice esta escritura? Uno, que “debemos” meditar sobre la ley de Dios y sus escrituras. Ten en cuenta que la palabra “debes” es una orden. Dos, que debemos meditar día y noche. El día y la noche significa siempre. En tercer lugar, la meditación nos permite “procurar hacer [observar para hacer]”. Esto explica que la meditación nos da la capacidad de ver y obedecer la palabra de Dios. Y cuatro, la meditación sobre la palabra de Dios ofrece oportunidades de prosperidad y éxito. Una orden tan poderosa y bendición y, sin embargo, poca comprensión de lo que realmente es la meditación.
Para la definición de la meditación, tienes que acudir al griego. (La Torá y otros libros de la Biblia fueron traducidos y escritos en griego, el lenguaje culto durante la época de Cristo). La palabra “meditar” en griego significa reflexionar sobre, sopesar, dar vueltas a algo en la mente de uno. En otras palabras, meditar es imaginar.
Nosotros realmente meditamos día y noche. Sobre todo acerca de las cosas malas. Las imágenes de los abusos por parte de una ex pareja permanecen atrapadas en tu mente y ahora apenas puedes levantarte de la cama en la mañana. Mientras reposas en el sofá, ves claramente en el ojo de tu mente cómo te atacaron ese día y te niegas a salir de tu casa por miedo a que vuelva a suceder. Tus celos y rabia surgen con pequeñas cosas porque no puedes dejar de imaginar que tu pareja te está engañando.
Dios sabe que “todos los actos realizados en el mundo nacen en la imaginación” (Barbara Gritzuti Harrison). Es por eso que Dios insiste en que usemos el poder de nuestras mentes y meditemos o nos imaginemos a nosotros mismos en las historias y las luchas de fe en la Biblia. Historias de hombres y mujeres imperfectos que triunfaron en la obra de Dios. La historia de la vida de Cristo y de su puro ejemplo de amor al mundo. Imagínate a ti mismo usando la imagen de Cristo para limpiarte de tus dolores y heridas y empezar a tener paz en tu corazón. Imagínate a ti mismo haciendo el bien en el mundo y ve a dónde te lleva tu vida.
Tú eliges a dónde va tu mente mientras estás acostado boca arriba descansando con los ojos cerrados. ¿A dónde te llevan los sitios de tu mente? ¿A los rincones obscuros del infierno o al calor del amor de Dios? Piensa en eso la próxima vez que te tires en la cama y empieces a cavilar sobre todas las cosas malas que te han sucedido ese día.
La meditación es la puerta al universo dentro de ti.